Nobel de Literatura 2014

Medalla del Premio Nobel

Medalla del Premio Nobel

Aunque no creo en los premios –lo he dicho varias veces–, sí creo en la influencia que los premios literarios ejercen sobre la vida cultural de pueblos y naciones. Millones de personas leen los textos que han sido tocados por la fama y orientan sus preferencias y opiniones en razón de lo que se oye, se comenta, se alude y se recomienda. Por eso –y tal vez por otras razones más nobles– tal vez sea interesante hablar del premio Nobel de Literatura que la Academia Sueca otorgará dentro de unas semanas y cuyo afortunado receptor todavía no conocemos.

Aun no ha comenzado la feria de cábalas, profecías, apuestas, anticipaciones y presagios en torno al posible ganador del premio. La muchedumbre docta de gente experta en cosas de las letras, que invariablemente se equivoca en sus predicciones, aun no ha iniciado su erudita algarabía, tan enriquecedora por lo que enseña a la horda de bobos que solamente somos lectores más o menos despistados.

Este año, pues, me adelantaré a los doctos letrados y a las doctas letradas y me permitiré ofrecer a ellos y a ellas, los y las, algunos datos que ellos y ellas ya saben pero que administran, sospecho, con poca disciplina y rigor.

Mi metodología científica es impecable, creo. Me guío por las preferencias de los lectores y las lectoras de Suecia, según se registran en las cifras de ventas de editores y libreros. Tenemos derecho a suponer que la Academia Sueca no es indiferente a estos datos, porque otras veces hemos visto que, en efecto, el premiado o la premiada ha gozado de las predilecciones del público lector nórdico previamente a la adjudicación del premio.

No obstante, la prudencia y el principio de oro de Descartes («dudar de todo») aconsejan no hacer pronósticos y mucho menos apuestas. Me limitaré, por lo tanto, a considerar diez criaturas escribientes sobre alguna de las cuales puede caer, tal vez, quién sabe, la lluvia de ocho millones de coronas suecas y el bonito diploma y la redonda medalla de oro del Premio Nobel de Literatura 2014. Me orientaré por la información ofrecida por uno de los mayores distribuidores y agentes de libros nuevos y usados de Suecia, la Bolsa del libro (Bokbörsen). La versión al castellano es mía, no se trata de una traducción literal.

Vamos allá.

1- Según el propio Haruki Murakami, la inspiración para escribir su primera novela Hear the Wind Sing (1979) le llegó mientras asistía a un partido de béisbol. Murakami escribió su obra en varios meses en el bar, después de su horario de trabajo, con algunas breves adiciones en el día, lo que resultó en un texto algo fragmentario, a saltos, con breves capítulos. Cuando terminó, envió inmediatamente su novela al único concurso que recibía obras de ese tamaño, y ganó el primer premio. De todos modos, en esta su primera novela se reflejan muchos de los elementos fundamentales de su ulterior creación literaria: estilo occidental, humor de trazo muy personal, y cautivadora nostalgia. Murakami es probablemente el más fuerte de los candidatos al premio 2014, aunque nunca se sabe.

2- Durante sus estudios en Uganda, Ngũgĩ wa Thiong’o escribió sus dos primeras novelas y su primera pieza teatral, The Black Hermit. Weep Not, Child fue la primera novela de un africano oriental y despertó un gran interés internacional. Su tercera novela, Om icke vetekornet (Si no el grano de trigo), publicada en 1967, fue escrita en Leeds y obtuvo muy elogiosas críticas.
Thiong’o escribe desde 1978 casi exclusivamente en la lengua del pueblo kikuyu. Su dura crítica contra los ricos terratenientes y políticos, que oprimen a los pobres para acrecentar sus ganancias, le hizo tomar la decisión de escribir en kikuyu para llegar a los campesinos. Después de la realización de su pieza Ngaahika Ndeenda en el centro cultural de Kamiriithu, fue encarcelado sin proceso. Ngügï describió su año en la cárcel en Detained: a Writer’s Prison Diary (1981). He leído algunos fragmentos (en inglés) que me han parecido magistrales y conmovedores.

3- Desde su debut en 1957, Assia Djebar ha tratado en forma literaria los problemas de que ha sido testigo y que la han acosado: las condiciones de las mujeres musulmanas del Magreb, el despertar político producido por la revolución de independencia de Argelia, el derecho de las mujeres a la educación y la historia social de África del norte.

A diferencia de muchas feministas occidentales, que han tomado distancia de las religiones por considerarlas patriarcales, Djebar apoya su feminismo en interpretaciones del Islam y de las épocas de Abraham y Hagar, como se ve en su novela Loin de Médine (Lejos de Medina). Como ocurre con muchos otros autores postcoloniales, las narraciones de Djebar tratan sobre los temas de idioma e identidad.

4- Una de las más fuertes candidatas, Joyce Carol Oates, extraordinariamente productiva y una de las más elogiadas escritoras norteamericanas de todos los tiempos. Muchas veces ha sido mencionada como firme candidata al premio Nobel.

Su escritura lleva el sello de su adhesión a la escuela tradicional de lo realista-romántico, en que las relaciones, decepciones y sueños de los individuos, junto a las descripciones de la sociedad norteamericana contemporánea, han estado siempre bajo el foco central, frente a los experimentos formales del postmodernismo.

Durante la década de 1980, con Bellefleur y otras novelas posteriores, reintrodujo el romance gótico y dejó de lado la contemporaneidad para explorar la historia norteamericana. Sus más recientes novelas han sido crónicas familiares.
La novela Blonde, publicada en 2000, trata de Marilyn Monroe y ha sido muy estimada y elogiosamente comentada, se ha vendido en grandes ediciones y fue nominada a premios de prestigio como el Pulitzer y el National Book Award.

5- La poesía de Adonis es moderna y modernista. Bajo una fuerte influencia de los surrealistas franceses, su lírica está colmada igualmente de referencias a los mitos y símbolos de las múltiples y milenarias culturas del Mediterráneo. Muchos expertos lo consideran como el más importante poeta vivo del idioma árabe y varias veces ha sido mencionado como un posible ganador del premio Nobel. Su obra más conocida, el cliclo poético Cantos de Miyar (1961) es valorado como una de las altas cumbres de la nueva poesía árabe, en particular, y de la poesía modernista, en general.

6- Philip Roth ha publicado 28 novelas, varias premiadas, desde su debut en 1959 hasta 2007. Él ha descrito su oficio como «escribir biografías apócrifas y falsas historias». Ya desde sus primeras novelas ha descrito escenas sexuales con íntimos detalles y exclusivamente desde el punto de vista masculino, lo que le ha valido ser calificado como pornográfico y antifeminista.

Desde su debut con Goodbye, Columbus (Adiós, Colón) la novelística de Roth ha recorrido varios estadios de desarrollo. Con frecuencia regresa a sus propios orígenes como judío de clase media y con ellos escenifica sus relatos; del mismo modo, ha criticado la diferenciación entre las categorías de ficción y autobiografía.

Comprometido con la libertad de la literatura, Roth se ha unido a Milan Kundera, Orhan Pamuk y Salman Rushdie en el repudio público contra las prácticas «codiciosas» y «abusivas» de la distribuidora internacional Amazon.

7- Svetlana Aleksijevitj (bielorrusa y periodista) llama a su suite de novelas documentales Utopins röster – Historien om den röda människan (Voces de la Utopía – Historia del ser humano rojo). El primer libro de la serie es Kriget har inget kvinnligt ansikte (La guerra no tiene ningún rostro femenino) y en él narran varias mujeres sobre su vida en el Ejército Rojo durante la «Gran Guerra Patriótica» (Segunda Guerra Mundial).
En 1992 se inició en Minsk un proceso contra Aleksijevitj y su libro Zinkpojkarna (Los muchachos de zinc), pero gracias a la movilización de las fuerzas democráticas del país, las acusaciones fueron retiradas. A finales de la década de 1990 Aleksijevitj fue sistemáticamente sometida a acoso y presiones por parte del régimen de Lukashenko y se vio obligada a abandonar su patria en 2000. Vivió primero en París; luego, entre 2006 y 2008, en Gotemburgo y más tarde en Berlín. En 2011 regresó a su hogar en Minsk.

Según numerosísimos observadores y levantadores profesionales de apuestas, Aleksijevitj es la gran favorita para el premio Nobel 2014.

8- En relación con las protestas estudiantiles de 1986 en China, Bei Dao se convirtió en un individuo impublicable y sin derecho a trabajar. Después de las protestas y de la masacre en la Plaza de la Paz Celestial (Tiananmen) en Beijing, donde algunos de sus poemas habían sido declamados por los manifestantes, debió abandonar el país para evitar la prisión. Ha vivido en Alemania, Suecia, California. Su esposa y su hija pudieron reunirse con él recién a mediados de la década de 1990.
Bei Dao ha recobrado la posibilidad de vivir y trabajar en China, desde 2006. Sus obras han comensado a ser permitidas y toleradas. Se han traducido a 25 idiomas. Además de poemas, ha publicado relatos, ensayos y novelas.

9- Milan Kundera inició su carrera literaria como poeta y su primer libro, la antología poética Clovek zahrada širá (El hombre es mi jardín), se publicó en Checoslovaquia en 1953. Luego siguieron varias colecciones de poemas, una exitosa pieza de teatro en un acto, Majitelé Klícu (Los propietarios de las llaves, 1962), que plaanteó la problemática de las premisas sociales del individuo para sus acciones políticas, y más tarde la colección de relatos Kärlekens löjen (Los amores ridículos, 1963), antes de tomar la decisión de escribir novelas. Su novela de debut, Skämtet (La broma, 1970), sobre los efectos del estalinismo sobre la vida emocional, se publicó en 1967 y tuvo un modesto recibimiento internacional.
Kundera tuvo un enorme éxito internacional en 1984 con Varats olidliga lätthet (La insoportable levedad del ser), libro prohibido en Checoslovaquia hasta 1989. La novela fue llevada al cine en 1988.

10- Después de publicar varias colecciones de relatos, dio a conocer Péter Nádas su primera novela, Slutet på en familjeroman (Final de una novela familiar, 1977). En 1986 publicó Minnesanteckningarnas bok, (Libro de apuntes), que describe el mundo como un sistema de relaciones que enlazan a las personas unas con otras. Sobre el trasfondo de la historia de la cultura europea, examina la disolución de la personalidad y las posibilidades de, a pesar de esta disolución, encontrar un sentido en el mundo real.

En 2005 se publicó la novela Parallella historier (Historias paralelas). El argumento está construido en torno a la historia de dos familias: una de ellas, — Lippay-Lehr, es húngara, la otra — Döhring, es alemana. Son como dos avenidas de acontecimientos que se cruzan y se relacionan a través de hechos y personas.

Una vez hecha esta lista, bueno es advertir que, si bien el Premio Nobel de Literatura 2014 puede caer en las manos de alguna de las personas incluidas en ella, también es perfectamente posible que caiga en manos de alguna de las centenares criaturas escribientes no mencionadas aquí pero sin duda merecedoras de que la doliente humanidad las lea.

Recomiendo a mis lectores y lectoras, los y las, echen una ojeada a Wikipedia o a cualquier enciclopedia de papel, y enriquezcan su ya vasta cultura con algún nuevo conocimiento literario. Bueno es subrayar que, por lo que se ve en esta lista, el público lector nórdico ama a los escritores y las escritoras que han sufrido persecución y se han enfrentado con valor a ella por la libertad de pensamiento, por los derechos de las mujeres y por los derechos humanos en general. Lo que, sin duda, influirá grandemente en la Academia Sueca.

Carlos Vidales
Estocolmo, octubre 1 de 2014

José María Arguedas: la voz de su pueblo

ImagenCarlos Arroyo Reyes (izq.) y Carlos Vidales Rivera (der.) en el homenaje a Arguedas

Palabras de Carlos Vidales Rivera, historiador, periodísta, profesor jubilado de la Universidad de Estocolmo, quien tuvo cercana amistad con José María Arguedas 1968-1969, en el Homenaje a José María Aguedas «Legado y Vigencia» organizado por el frente político Gana Perú-Suecia con la colaboración de radio Amazonas, Casa Perú y Studie Främjandet, que se llevó a cabo en los locales de Studie Främjandet de Sundbyberg, el sábado 31 de marzo del 2012.

Gracias por la invitación, la recibo como un gran honor, como una gran distinción, me conmueve mucho, porque como ya he dicho en una entrevista y como los que me han oído otras veces saben, yo me pongo casi siempre a llorar cuando hablo de Arguedas.

Voy ha retomar un poco el punto donde terminó Carlos Arroyo.

Arguedas es un fenómeno popular, es querido, amado por su pueblo. No existe en ningún otro país del mundo un escritor cuya figura aparezca en afiches, en manifestaciones políticas; el pueblo sale a manifestar, los indígenas comuneros salen a manifestar, los pobladores salen a manifestar y llevan la efigie de Arguedas; o sea, Arguedas no solamente es un escritor, Arguedas es la identidad de todos esos millones de personas. Las gentes del pueblo lo reconocen como suyo.

Voy a utilizar aquí la palabra indio porque se usaba en tiempos de  Arguedas; el propio Arguedas la usaba. Hoy lo políticamente correcto sería utilizar indígena, pero Arguedas usaba indio, porque no existía esa idea de lo políticamente correcto y Arguedas decía «indio» con orgullo, con ternura y con cariño. Yo voy a usar el término de igual manera y voy a decir: así como los indios de la hacienda recogieron a Arguedas, así también el pueblo peruano recoge a Arguedas hoy, en las calles, en las plazas, en sus manifestaciones.

Y así como la madrastra de Arguedas echaba a José María a la cocina, así la oligarquía peruana y los gobernantes echan a Arguedas de los actos oficiales, porque ellos son las madrastras, ellos representan el papel de la mala madrastra, no solamente contra Arguedas sino contra el pueblo, de manera que sería raro, sonaría raro, que de repente salieran estos gobernantes, sobretodo los notables del establecimiento político y social, salieran a cantarle loas a José María, porque él no es de ellos, él es del pueblo y con esto se dice casi todo sobre la vigencia de su obra y de su vida.

Cuando llegué a Perú, el año 1968 (ya había estado antes varias veces, pero cuando conocí a José María el 68), venía de una terrible experiencia personal y política, venía ya de dos guerrillas, nos habían aplastado, habían asesinado al Che y todo eso; entré al Perú haciendo un trabajo de recopilación antropológica y en esas circunstancias nos hicimos amigos con Arguedas.

Yo venía muy influido por las lecturas de uno de los hombres que más me han impresionado en la teoría marxista, el italiano Antonio Gramsci, que cayó a la cárcel, fue llevado a la cárcel por Mussolini el mismo año en que Arguedas fue llevado a la cárcel por el gobierno de Benavides. Pero Gramsci no tuvo tanta suerte como José María, Gramsci murió en la cárcel; y los comunistas no conocieron la extraordinaria obra filosofica de Gramsci sino hasta después de su muerte. Uno de los aportes más interesantes de Gramsci a estos temas que estamos tratando, es el concepto del intelectual orgánico; él decía que el intelectual orgánico de la revolución, no es el intelectual del partido, no hay que confundir, porque el intelectual del partido puede ser un excelente intelectual, pero muchas veces es un burócrata de las letras, un burócrata del intelecto, un comisario político de la inteligencia; el intelectual orgánico es el que está con su clase trabajando allí, viviendo allí, elaborando su trabajo a partir de las entrañas del pueblo mismo.

Como yo viví el último año de vida de José María en su casa, pude ver como trabajaba él. José María tenía una enorme cantidad de informantes, eran indígenas, comuneros, generalmente comuneros que venían desde la sierra, desde distintas ciudades, pueblos y comunidades y le traían cosas que ellos recopilaban; en dos ocasiones en que viajé a la sierra, José María me puso en contacto con algunos de ellos; yo veía cómo ellos recopilaban tradición oral, chismes, leyendas, cuentos, cosas que se decían, datos de personajes y ellos lo anotaban y decían: «esto es para el tayta José María»; eso es un intelectual orgánico.

José María trabajaba en profundidad. Su material de trabajo era su investigación etnográfica, pero sus informantes, sus asistentes, eran la ayuda de miles y miles de peruanos; por eso sus libros, su literatura, sus novelas, sus personjes son tan extraordinariamente auténticos y vivos, aunque a veces tenga él que forzar el idioma para que los entendamos, porque ese fue el grave problema que José María tuvo.

Solamente hay dos escritores en America Latina que han tenido un problema linguístico de parecidas dimensiones: Juan Guimaraes Rosa y José María Arguedas. Se dice que José María tenía dificultades con el idioma. No, José María no tenía problemas con el idioma, era el idioma que tuvo problemas con José María, son los idiomas los que tienen problemas con la realidad.

Juan Guimaraes Rosa, para describir el Amazonas, el mundo amazónico, tuvo que inventarse un portugués nuevo, tuvo que inventarse un idioma nuevo. José María tuvo que inventarse un castellano nuevo lleno de quechua y un quechua nuevo lleno de castellanismos para poder decir de manera que todos entendieran lo que todos dicen en la vida real de una manera distinta, diferente, para poder dar la sensación de que sus personajes son auténticos: habla el mestizo desde dentro de su mestizaje, no es como en las novelas de Ciro Alegría en que el blanquiñoso cuenta cómo habla el mestizo, no, el mestizo en José María está hablando desde adentro de su mestizaje y el indio está hablando desde adentro de su condición de pongo de hacienda o desde su condición de indio comunero y esto crea problemas de expresión en el lenguaje, hay que inventar cosas nuevas y por eso tenía él que trabajar tanto con el lenguaje.

Vargas Llosa ha dicho que José María no era un virtuoso de las técnicas narrativas modernas, ¿y qué diablos es la narrativa moderna? ¿hablar como europeo? No, las técnicas narrativas modernas, vamos decir las cosas como son, implican incorporar hoy, en este mundo de la globalización que todos estos señores defienden, todas las expresiones de todas las culturas. A ver quién se atreve. José Maria se atrevió, pero para atraverse hay que violentar las normas de la narrativa moderna según los cánones de Vargas Llosa; no se puede narrar la vida de una comunidad africana con las mismas normas narrativas de Cervantes o de Vargas Llosa, hay que contarla con una estructura narrativa diferente si se quiere que esa comunidad la entienda; tiene que aprender cómo es que narra esa gente, cómo funciona su lengua narrativa. Porque la obra no solamente se ha hecho con ellos, se ha hecho también para ellos.

Las gentes andinas (ustedes lo saben mejor que yo), repiten la frase, vuelven a empezar de otra manera, se aseguran diez veces de que sí les han entendido lo que han querido decir, porque están formadas en la tradición oral y la tradición oral es reiterativa; por eso, la novela de Arguedas tiene que ser reiterativa, tiene que volver a recordar en el capítulo tercero pedazos de lo que pasó en el capitulo segundo; eso no quiere decir que no sepa manejar la técnicas modernas, eso significa que está incorporando a la narrativa moderna el pueblo real y viviente de la vida que él está describiendo; está resolviendo el problema lingüístico de la narración y esto no lo digo yo, lo dijo Arguedas en varias entrevistas: «tuve que inventar un español transido de quechua», y eso no solamente se refiere al léxico sino también a las técnicas narrativas.

Pienso y sostengo que Arguedas es el más grande de los escritores, de los novelistas peruanos y reitero que, a mi modo de ver, es la culminación de la obra emprendida por el Inca Garcilaso y Huamán Poma de Ayala, que son esos gigantes que ven más alla de los siglos el valor creador del mestizaje cultural. Aquí han chocado culturas de una manera cruel, horrible, espantosa, nos han convertido la vida en un infierno, como dice Huamán Poma, pero de allí tiene tienen que salir cosas nuevas, de allí tiene que salir un nuevo mundo, dice el Inca Garcilaso. Arguedas culmina eso con su novela Todas las Sangres, pero lo culmina también con algo que no lograron hacer por las condiciones sociales de su época, ni el Inca Garcilaso ni Huamán Poma: la unión con su pueblo. A Arguedas lo entiende su pueblo, lo quiere su pueblo, está en la identidad de su pueblo y eso es lo que es un intelectual orgánico.

Hay algunos valores de la obra y vida de Arguedas que quisiera subrayar porque generalmente en la lucha política, nosotros hemos tenido que pelear durante nuestra vida de una manera muy dura y vamos perdiendo, o algunos van perdiendo, la capacidad de la ternura. Arguedas incorpora la reivindicación de la ternura: estamos haciendo la revolución para tener derecho a sentir la ternura por nuestro hermano, por nuestra hermana, por la naturaleza, por el río, por la montaña, por la quebrada, por el pajarito que vuela y canta, porque si no, no vale nada; estamos haciendo la revolución para tener sentimientos limpios y claros, no solamente para tener al derecho al pan, no solamente para tener derecho a la justicia social y eso está presente en toda la obra de Arguedas.

Arguedas, cada vez que describe a un oprimido lo describe con un amor inmenso, con una ternura inmensa. Esa es una cualidad que marca el valor de un verdadero revolucionario y creo que esa es una de las cosas que le dan más vigencia a la obra de José María Aguedas.

Transcrito por Emperatriz Machaca

Nota: mi intervención fue deliberadamente breve para permitir el debate y el diálogo, que resultó ser extenso, fructifero y con excelente participación de los asistentes. A todos ellos, mi gratitud. Carlos Vidales, Estocolmo.