Aireando el vino rudo (Caligrama)

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Intento seguir aquí la bella tradición sefardí de los caligramas, rogando a la benevolencia y la misericordia de quien me lea. Y su perdón, sea por la forma del cántaro, sea por el vino que contiene.

Aireando el vino rudo
(Caligrama)

Vino
barato
rudo
sincero
para raspar
la garganta
lo pondré
a respirar
lo pondré a tomar aire
lo pondré a beber aire en este cántaro
este bonito cántaro de fondo ancho y espléndido
donde nadan sueños imposibles y criaturas fantásticas
donde los ángeles del aire hacen del vino rudo vino bíblico
porque este cántaro tiene el vientre feraz y milagroso y tierno
la matriz prodigiosa de las diosas que fueron madres de los dioses
el crisol primigenio en cuyos hornos nacen los elementos de la magia eterna
y la eterna ebriedad de las constelaciones que danzan en la noche acribillada.
Y cuando el aire de mi cántaro haya preñado de misterios mi rudo y pobre vino
yo beberé con gratitud este milagro y brindaré por mi amante y por mi amigo.

Carlos Vidales
Estocolmo, octubre 21 de 2014.

El desterrado

O desterrado (1872). Obra del escultor portugués Soares dos Reis (1847-1889). Mármol de Carrara.

O desterrado (1872). Obra del escultor portugués Soares dos Reis (1847-1889). Mármol de Carrara.

(De Cuadernos del exilio)

Demonio
caído de un edén
de sangre y fuego.

Réprobo
apóstata del odio
y de la muerte.

Rebelde
desertor de la ira
y de la secta.

Ser o no ser: el haber sido
y el cotidiano ser de ya no ser.

Paria de tí mismo:
espanto es la hermosura de tu orgullo.

No hay suelo que quiera ser morada
de tus raíces muertas.

No hay aire que sostenga
tu vuelo sin alas.

Tu pasado: recuerdos.
Tu presente: recuerdos.
Tu porvenir: recuerdos.

Demonio réprobo
caído de un sangriento paraíso.

Carlos Vidales
Estocolmo, 2014

Crecer

Sin tierra. Desterrados. Foto de Sebastiaõ Salgado.

Sin tierra. Desterrados. Foto de Sebastiaõ Salgado.

(De Cuadernos del exilio)

Crecer y multiplicarse.
Invadir las ciudades y los campos.
Acusar, a golpes de mirada fija,
con tu sola presencia innumerable
y hacer de tu sombra sin límites, sin forma,
una mancha global de orgullo y de vergüenza.

Crece, crece. Inunda las calles y las plazas.
Siembra insomnio en el sueño de los opresores,
rompe los muros, las alambradas, las fronteras.

Te robaron tu patria.
¡Haz del planeta tu patria indivisible!

Carlos Vidales
Estocolmo, 2014

Teología de la pelota

Universum - C. Flammarion, coloreado por Hugo Heikenwaelder, Wien 1998, del grabado de autor anónimo en la obra de Camille Flammarion, L'Atmosphere: Météorologie Populaire (Paris, 1888),  p. 163. La imagen representa a un monje que traspasa el límite entre el cielo esférico y la tierra plana. El original tiene un texto en la base que dice: "Un misionero medieval cuenta que ha encontrado el punto en que el cielo y la Tierra se encuentran..."

Universum – C. Flammarion, coloreado por Hugo Heikenwaelder, Wien 1998, del grabado de autor anónimo en la obra de Camille Flammarion, L’Atmosphere: Météorologie Populaire (Paris, 1888), p. 163. La imagen representa a un monje que traspasa el límite entre el cielo esférico y la tierra plana. El original tiene un texto en la base que dice: «Un misionero medieval cuenta que ha encontrado el punto en que el cielo y la Tierra se encuentran…» (Tomado de Wikimedia Commons)

En aquellos tiempos oscuros
no se podía jugar fútbol
porque, según el dogma,
la pelota era plana.

Carlos Vidales
Estocolmo, 2010

Nota bene: La ironía de este poema no va dirigida contra la teología católica ni contra el pensamiento medieval, pues durante toda la Edad Media fue sabido por la gente culta europea que la Tierra y la pelota eran objetos esféricos. Fueron los filósofos presocráticos quienes creyeron que la Tierra era plana, si bien Parménides y Pitágoras afirmaron que era una esfera. Más tarde, Aristóteles ofreció las razones lógicas para postular esta esfericidad. En muchas otras culturas de la antigüedad se consideró como verdad científica y religiosa la idea de que nuestro mundo era plano. Los mayas conocieron la redondez de nuestro planeta y, desde luego, la anatomía esférica de la pelota de caucho natural, de la que fueron inventores. El mito «racionalista» de que los teólogos medievales sostenían que la Tierra era plana fue inventado durante el siglo XVII para desacreditar al catolicismo, empresa en la que se dieron la mano los protestantes y los científicos librepensadores, pioneros de la «Edad de la razón». Según James Hannan, «El mito según el cual las personas de la edad media creían que la Tierra era plana aparece en el siglo XVII como una campaña por los protestantes en contra de las enseñanzas católicas. Pero logró notoriedad en el siglo XIX, gracias a historias no basadas en hechos como en History of the Conflict Between Religion and Science (Historia del conflicto entre la religión y la ciencia) de John William Draper publicado en 1874 y en History of the Warfare of Science with Theology in Christendom (Historia de la guerra entre la ciencia contra la teología de la cristiandad) de Andrew Dickson White publicado en 1896. Ateos y agnósticos lucharon para imponer esta idea del conflicto para lograr sus propios propósitos…» (James Hannam. «Science Versus Christianity?»). Así pues, mi poema se burla tanto del pensamiento dogmático como de las absurdas mentiras fraguadas por algunos en nombre de la ciencia para luchar contra el dogmatismo. Vale.

Fútbol precolombino

Mural maya (fragmento). El juego de pelota.

Mural maya (fragmento). El juego de pelota.

Los mayas jugaban con la cadera.
No jugaban football sino hipball.
Se castigaba severamente
al jugador que tocara la pelota
con la cabeza,
pues la cabeza estaba destinada
a calcular los movimientos de las pelotas del cielo,
donde los dioses juegan con sus caderas de tinieblas
y precipitan soles y galaxias
en esos agujeros negros,
dioses del hambre inmemorial
en cuyos hornos turbulentos
se fabrican los nuevos universos.

Carlos Vidales
Estocolmo, 2010

El dios

Dios azteca

Cansadas, las criaturas
del ocio sin sentido
inventaron un dios.

Y le pidieron consejo,
pero el dios era mudo.

Y las criaturas lloraron
y rogaron.

Y dijo una criatura:

– Dios me ha hablado,
yo soy su mensajero,
he aquí su mandamiento:

– Me debéis amar
a mí y a nadie más
por sobre todas las cosas.
De lo contrario
os daré odio y castigo eternos
y tormento sin fin.

Y las criaturas se sintieron felices.

Carlos Vidales
Estocolmo, 13-03-2013

El astillero de la nave de los locos

La nave de los locos: Jerónimo Bosch

La nave de los locos: Jerónimo Bosch

Suelta amarras la barca,
Su negro velamen de harapos y mortajas.
La brújula de la razón está perdida
En las cámaras secretas de un palacio,
Oh, gran señor de las anclas oxidadas.
Los días no tienen playa
Y la pestífera nave hace aguas,
Mascada por un concilio de ratas.
Es un catafalco de mar
Que transporta muletas y llagas
Desde la noche medieval.
Es un triste comercio de miasmas y miserias,
Una barca bautizada por el Bosco
Que quiebra en su proa
Una botella de agua envenenada.
Juan Manuel Roca
enero 5, 2013
Especial para NTC
Algunas reflexiones:
Comienzo por el final porque los últimos serán los primeros. En prosa llana, El Bosco es lo correcto. Pero yo interpreto a Juan Manuel cuando escribe «el Bosco» en términos poéticos, como una trampa sutil para que el lector no se distraiga demasiado en la referencia pictórica. Yo le he hecho al poeta una trampa no tan sutil, publicando su poema junto con la pintura de El Bosco. Pero todo esto genera nuevas trampas sutiles, porque Juan Manuel Roca, aunque describe el cuadro con bella crudeza (la alusión final a la botella que es rota por la proa de la barca me parece magistral, pone en movimiento a la barca del cuadro), en realidad nos quiere llevar al «astillero» donde la barca se construye y es atiborrada de locos. Ese «astillero» es la sociedad humana, que produce locos por doquier y los embarca en navíos para enviarlos hacia la nada, hacia la perdición y el naufragio final. De hecho, durante el Renacimiento era práctica común poner a los locos en embarcaciones que derivaban en los ríos y dependían de la caridad o la indiferencia de los «cuerdos». Muchos artistas populares realizaron pinturas y grabados sobre el tema durante los siglos XV y XVI y, entre los artistas cultos, Durero realizó espléndidos grabados sobre el tema. Con ellos ilustró La barca de los necios de Sebastián Brandt, publicado en 1494, mucho antes de que El Bosco pintara su cuadro. Así pues, el tema de los locos, o los necios, o los estultos, era ya tradición popular muy arraigada en tiempos de El Bosco. Por otra parte, Michel Foucault, en su libro Historia de la locura en la época clásica, dedica páginas memorables al tema. Lo que hace el poema de Roca tan «tremendo», como yo lo he calificado, es que nuestro poeta (que conoce muy bien la historia del arte, como me consta), no se detiene en estas erudiciones y sintetiza con cruda fuerza varios niveles de nuestra cultura occidental, este «astillero de la nave de los locos«. Si El Bosco denunció con inimitable humor y frescura la insensatez de los sensatos que condenaban al ostracismo a los que pensaban diferente (los «locos»), si Erasmo se atrevió a escribir un Elogio de la locura (de la estulticia, decía él, en armonía con la semántica germana), si Sebastián Brandt escribió ese formidable poema moralizante que es La barca de los necios, es porque durante el Renacimiento fue muy evidente para los intelectuales y filósofos que la locura era, por una parte, un producto de la sociedad estúpida, ilógica, injusta y enajenada y, por otra parte, un síntoma de cordura y rebeldía (por lo tanto, de desadaptación y marginación) frente a esa sociedad loca y dogmática. Tales ideas están presentes en la obra de Pico de la Mirandola, en algunos relatos y comentarios de Nicolás Maquiavelo y en muchos textos y obras de escritores, pintores y grabadores. No sobra recordar que la más grande novela jamás escrita en lengua castellana es la amable metáfora de un loco y su escudero, el primero con la locura de intentar mejorar el mundo con métodos feudales, el segundo con la cordura maravillosa de acompañar la locura de su caballero andante, solo en virtud de la más cuerda y sensata de las locuras humanas: la lealtad.

En suma, que yo amo mucho este poema de Juan Manuel Roca porque me ha inspirado las más desaforadas y locas reflexiones literarias, único recurso para recuperar la cordura después de estos festejos de Año Nuevo.

Carlos Vidales
Estocolmo, 6 de enero, 2013

El Evangelio según San Pantxo

Grabado de Goya

San Pantxo, burro y apóstol

(Fragmento del manuscrito descubierto por Carlos Vidales bajo los muros de Jericó, Antioquia, Colombia)

San Pantxo el Orejón, burro y apóstol, ha sido recientemente declarado inexistente, no-persona, no-burro, por Su Santidad el Papa católico. No obstante este pequeño inconveniente, publicamos aquí este testimonio de gran valor ético. Creemos que, si bien es posible que el santo burro Pantxo no haya sido testigo presencial de lo que cuenta, también es indudable que Su Santidad el Papa tampoco es testigo presencial de lo que afirma. Y puesto que hablamos de asuntos de fe, que cada cual crea lo que quiera.

Este diálogo sagrado
ocurrió, según mi ciencia,
cuando Adán, con impaciencia
se presentó ante Jehová,
a pedirle por piedá
que lo escuchara en audiencia.

Adán:
Vengo a pedirte, Señor,
que me des una mujer
que me sepa complacer
y me trate bien bonito,
porque me siento solito
y empiezo a desfallecer.

Mira que aquí en el Edén
al repartir la baraja
saqué la carta más baja,
me tocó un juego nefasto,
a todos les tocó pasto
y a mí, Señor, pura paja.

Por eso te solicito
con el debido respeto,
que me saques de este aprieto
dándome una compañera
que me ayude, que me quiera,
y me mueva el esqueleto.

Jehová:
Tenés razón, hijo mío,
solito estás, ya lo veo;
aunque sos peludo y feo,
yo te hice a mi semejanza
y por eso sin tardanza
voy a cumplir tu deseo.

Pero como ya gasté
todo el aliento vital
en crear el mundo animal,
voy a precisar ahora
fabricar a tu señora
con tu mismo material.

Por eso te sacaré
con artes de cirujano
lo más bonito y más sano
que en tu cuerpo pueda hallar,
para con él modelar
un ser precioso y lozano.

Mas te advierto con franqueza
que observando tu organismo,
no puedo encontrar yo mismo
una partícula bella
para hacerte una doncella
con primor y virtuosismo.

Pues aunque quise crearte
a mi imagen parecido,
vos me saliste torcido,
porque después del esfuerzo
de hacer todo el Universo
yo estaba muy distraido.

Y lo único que veo
después de mi revisión,
es un huesito pelón
que tenés en el costado,
y que yo dejé olvidado
debajo del corazón.

Adán:
Señor, si vas a sacar
mi mujer de mi esqueleto,
yo voy a vivir inquieto:
ella, pa estar a mi altura,
será feminista dura
y yo quedaré incompleto.

Jehová:
Pensás como un macho bruto,
y te lo voy a explicar:
incompletos van a estar
ella y vos, pero al juntarse
juntos van a completarse
y así podrán procrear.

Lo que voy a hacer con vos
es una gran maravilla,
pues esta verdad sencilla
vas a escuchar, viejo Adán:
tus cachorros nacerán
del vientre de tu costilla.

Así, no tendrás derecho
a sentirte superior;
ninguno será el mejor,
cada uno será una parte,
y se unirán por el arte
y la magia del amor.

Adán:
Ahora sí entiendo, Dios mío,
te lo agradezco y te juro
que seré sincero y puro
y daré a mi compañera
el amor que ella requiera
y el respeto más seguro.

Dame pues mi mujercita,
que la impaciencia me lleva;
le daré por nombre Eva,
sácamela de una oreja,
del páncreas o la molleja,
pero nunca de una breva.

Sácala de una costilla,
sácala de donde sea;
la amaré cuando la vea,
le daré lo que me pida,
y mientras yo tenga vida
cumpliré con mi tarea.

Jehová:
Veremos si sos capaz
de cumplir con tu palabra;
para vos mi Gloria se abra
si hacés las cosas bien hechas,
aunque según mis sospechas
sos más loco que una cabra.

Adán:
Antes de irme, Señor,
yo te quiero preguntar
por tu manera de hablar
que me suena problemática:
tu Verbo es de una gramática
que yo no sé conjugar.

Jehová:
No te asombrés, viejo Adán,
así lo quiso el Destino:
yo hablo un idioma divino
y vos hablás castellano,
porque Adán es colombiano
pero Dios… es Argentino.

(Aquí termina esta parte
que a lo largo y a lo ancho
y sin mucho zafarrancho,
del fondo de su memoria
y siendo fiel a la historia
les contó el Profeta Pantxo.

Tal vez contará algo más
si hay salud y fortaleza;
todo sea por la grandeza,
el amor y la ternura,
la pureza y la hermosura
de Madre Naturaleza).

Vale.

San Pantxo el Orejón, burro y apóstol.

Gaza

 

En medio de la tierra
vi un monstruo horrendo
abominable.

Con estruendo rompía
los huesos y las vísceras
de hombres y mujeres
y de ancianos y niños.

– «¿Qué verdugo es este?» –,

exclamé, horrorizado.

Volvió hacia mí sus ojos
refulgentes de odio sin medida
y rugió:

– «¡No soy el verdugo! ¡Soy La Víctima!»

Carlos Vidales
Estocolmo, noviembre, 2012