Solo andarás en medio de las muchedumbres,
ellas serán en tu paisaje
mudas arenas de las dunas,
olas ciegas de un mar petrificado.
Transparente serás por voluntad ajena.
¿Quién mirará tu rostro?
¿Quién hablará contigo?
¿Quién, a tu paso, detendrá su paso?
Errante, sin raíces,
odiarás tu pasado
y tu presente.
Tu futuro ya fue:
indeciso tejido de sombras y de dudas.
A mitad de la noche soñarás con el día.
Y en el radiante mediodía
el sol, que reverbera,
pondrá a temblar el aire, el mundo,
el incierto horizonte
detrás de tu espejismo.
Carlos Vidales
Estocolmo, 2010-07-05