Señor hermano Heráclito

Colisión de dos galaxias

Señor hermano Heráclito,
he intentado verificar tu postulado:
no es posible, afirmas,
bañarse dos veces en el mismo río.

He hablado con el río,
he oído su rumorosa, fugitiva voz.

He aquí su mensaje:
no es posible
bañar dos veces al mismo filósofo.

El hermano Heráclito, es verdad,
no se bañaba con frecuencia:
una vez al mes, cuentan las olas
chismosas del mar.

¿Cómo podría yo reconocerlo,
si ahora mismo ya no soy sino agua ida?

¿Y a quién le importa,
si cada uno es ya un exilio de sí mismo?

Señor hermano Heráclito,
tu voz cambiante, eternamente nueva
se quedó congelada en la escritura
para poner en movimiento
huracanes de ideas adentro de mi cráneo.

Es de volverse loco.

Y en este mismo instante
llega a los telescopios
el resplandor de un choque de galaxias
ocurrido hace diez millones de años
y los astrónomos anuncian:
¡Dos galaxias acaban de chocar!

Señor hermano Heráclito
llévame al reino de tu fuego eterno,
dame la paz del Universo en movimiento
sin descanso
sin comienzo, sin fin, sin límtes, sin muerte.

Carlos Vidales
Estocolmo, 2009-12-30

El Señor de la Paz

El Señor de la Paz dice su verbo:
es justo hacer la guerra
cuando la guerra es justa.

Todas nuestras guerras son justas.

Hacemos la guerra
para imponer nuestro sistema
y eso es muy justo.

Nunca hemos defendido
las ideas de otros:
somos justos.

Algunos de mis soldados morirán
y todos matarán.
Tal es el precio de la guerra justa,
única garantía de la Paz.

Así habla
el Señor de la Paz con Dinamita.

Loado sea su nombre.

Carlos Vidales
Diciembre de 2009

Señora hermana muerte

La señora hermana Muerte
llora por los rincones
desolada.

La han dejado sin trabajo.

Si va a cumplir su cita con un cliente
le dicen: llegó tarde, señora,
a éste ya lo mataron.

Lejos están aquellos días inocentes
cuando la señora hermana Muerte
y nadie más
estaba autorizada a segar vidas.

Todos matan
por mayor y al menudeo
y a nadie le importa el libro de citas
de la señora hermana Muerte.

Nadie se libra, ni los enfermos.

Los virus y microbios
han firmado contrato con las grandes empresas
para matar a unos pocos
y vender falsas vacunas a millones:
“No es personal, amigo, son negocios”.

Señora hermana Muerte,
yo te prometo
luchar por tus derechos naturales
así tenga que morir en el empeño.

Carlos Vidales
Estocolmo, 2009-12-28